De las mas hermosas experiencias que tuve en mis pasados ejercicios espirituales,fue poder descansar en el amado en mis tiempos de oración.
Pensar que Dios me mira con amor, y eso , ahuyentó ahuyentó todass mis distracciones.
La oración ¿no es acaso, en gran medida , centrarnos en la mirada del Señor?. Pensar , imaginar como él me mira, cómo me sonríe , cómo me ama…
Contemplar y rezar exige la capacidad y disposición de estar ahí, sin hacer nada dejándolo que sea el Señor que lo haga todo. Tu solo tienes que ser receptor del amor de Dios y, una vez que terminaste de orar, cerrar ese tiempo sagrado con la firme decision de cumplir en todo su voluntad.
2 Crónicas 6.20: Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre el lugar del que dijiste que allí residiría tu Nombre. Escucha la oración que tu servidor dirige hasta este lugar!