El corazón tiene razones que la razón ignora.
Blaise Pascal, matemático francés
Un estudio reciente de la Universidad de Toronto (Canadá), publicado en la revista Journal of Experimental Psychology, revela que, si escuchamos latir rápido el corazón, nuestro comportamiento cambia. Concretamente, un corazón acelerado nos lleva a mostramos más predispuestos a combatir la injusticia, así como a invertir más tiempo en ayudar a los demás y a defender causas que consideramos justas. También tendemos a ser más honestos y menos egoístas. Los autores del estudio sospechan que un corazón acelerado es percibido por el cuerpo como una señal fisiológica de angustia y, por ello, nos impele a «hacer lo correcto» para sentirnos mejor.