**La Vida como el Viento: Gestos de Amor y Bondad**

La vida pasa como el viento: a veces suave, otras veces impetuosa. En ese ir y venir de los días, se nos ofrecen pequeñas y grandes oportunidades para ser felices y para hacer felices a quienes caminan junto a nosotros. No se trata de hazañas grandiosas, sino de gestos sencillos: una palabra que alienta, una mano tendida, una mirada que comprende.

Cuando vivimos desde el amor, como lo hizo Jesús de Nazaret, la vida cobra sentido más allá de lo que poseemos o logramos. Él nos enseñó que la verdadera grandeza está en el servicio, que la alegría más profunda nace del dar, y que cada persona que encontramos en el camino es una posibilidad de amar.

No dejemos pasar la vida sin dejar rastro de bondad. No dejemos pasar el día sin sembrar un poco de luz. La felicidad, cuando se comparte, florece. Y el corazón, cuando se entrega, se multiplica.

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