Así, lo expresan artículos y publicaciones recalcando que mientras la religión está en”decadencia”. Se nos informa que la gente cree en Dios y busca o inventa su propia espiritualidad para saciar su necesidad de lo sagrado y para situarse en presencia de lo que es divino o verdaderamente humano,tal y como ellos lo perciben.
Es digno de mención que la mayoría de estas espiritualidades carecen de algunos de los componentes cruciales, a saber: la justicia,la restitución , la responsabilidad comunitaria, su sentido del pecado o del mal personal o estructural, y la necesidad de cambiar, a fin de continuar madurando en el ámbito de la compasión o el servicio a los demás, que no disponen del lujo o el tiempo para crear su propio mundo espiritual. Cuando escucho personas describir los elementos centrales de su espiritualidad , hay un ingrediente esencial que siempre palmariamente está ausente. Se trata de la obediencia a cualquier ley o demanda exterior a su conciencia o experiencia personal. Y nunca en ningún grupo ha sido la Palabra del Señor , las Escrituras, los profetas o los evangelios un elemento fundacional de estas nuevas espiritualidades.
“Si hubieras atendido a mis mandatos “