Para Ayudar a la lectura diaria

La invitación es a tener un encuentro personal diario donde te sea más propicio para que en un momento de meditación personal te centres en el evangelio del día, lo medites, lo ores, para lo que se suministran preguntas personales que pueden apoyar tu oración.

Pasos de la oración cotidiana:

  • Elige un lugar y un espacio físico donde puedas hacer tu oración con tranquilidad.
  • Haz un momento de silencio y de relajación.
  • Saluda con algún signo (Persignarse, reverencia, etc). El lugar donde estás es sagrado, pues aquí tendrás un encuentro con Jesús.
  • Lee la lectura del día identificando los verbos y si algo te llama particularmente la atención, detente.
  • Lee las preguntas para la reflexión e intenta contestarlas según te corresponda
  • Identifica qué buena noticia te ha traído y a qué acción te invita.
  • Da gracias, pide perdón, pide ayuda según sientas
  • Despídete con un Padre Nuestro, Alma de Cristo o lo que te sea más íntimo.

Lucas 24. 35-48

El Mesías resucitará al tercer día

35 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. 36 Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». 37 Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, 38 pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? 39 Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo». 40 Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. 41 Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?». 42 Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; 43 él lo tomó y lo comió delante de todos. 44 Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». 45 Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, 46 y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, 47 y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. 48 Ustedes son testigos de todo esto.

Reflexión.

El Señor nos dice “Paz a ustedes” … Nos desea la paz, nos envía su paz … Nos pregunta por el motivo de nuestra turbación, ¿porqué tenemos dudas?. ¿cuáles son nuestras dudas?. … se las contamos a Jesús … Los apóstoles creyeron al verlo. Nosotros creemos sin verlo, por el testimonio de ellos.

¿Sentimos y creo de verdad que Jesús resucitó? … ¿cuándo y cómo hemos dado testimonio de ello? ¿a quienes?

Coloquio.

Señor Jesús, apareces en nuestras vidas sorpresivamente, cuando ya no te esperamos, cuando todo es complejo y nos cuesta avanzar. Apareces en medio de las crisis que nos rodean, en medio de la enfermedad y la muerte. En medio de la desconfianza y de las injusticias sociales. En medio de los problemas económicos y del hambre. En medio de colusiones y abusos. En medio de odios y rencores. Allí en medio de nuestro mundo convulsionado, apareces tu invitando a pacificarnos. Sin ti, es muy difícil. Sin tu presencia esa paz no es posible. Gracias por estar aquí con nosotros, resucitado para recordar todo lo que está escrito de tu propuesta de vida. Nos invitas a seguir tu vida, desear el bien, a actuar fraternalmente, a perdonar, a servir solidariamente. Nos invitas a anteponer el amor como tú lo hiciste. Contigo resucitado, resucitan nuestras esperanzas de que eso es posible. Gracias, Señor, por estar con nosotros, por aparecerte en nuestra convulsionada existencia. Gracias

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