La apostaría, o la renuncia a la fe y a los principios religiosos, presenta varios peligros dentro de la Iglesia en la actualidad. Algunos de estos peligros incluyen:
- División y Conflicto: La apostaría puede llevar a divisiones dentro de comunidades eclesiásticas, generando conflictos y desacuerdos sobre doctrinas y prácticas.
- Pérdida de Identidad: Al abandonar los principios fundamentales de la fe, los miembros de la Iglesia pueden perder su sentido de identidad y propósito, lo que puede debilitar la cohesión y la misión de la Iglesia.
- Influencia Negativa: La apostaría puede influir negativamente en otros miembros de la comunidad, especialmente en los más jóvenes, que pueden ser más susceptibles a cuestionar o abandonar su fe.
- Desconfianza: La aparición de la apostaría puede llevar a desconfianza entre los líderes de la Iglesia y los fieles, lo que dificulta la comunicación y el liderazgo adecuados.
- Desconexión con la Tradición: La renuncia a creencias tradicionales puede resultar en una desconexión con la historia y la herencia espiritual de la Iglesia, lo que puede llevar a una falta de fundamentos en la fe.
- Enfoque en lo Secular: Con la apostaría, puede haber un mayor enfoque en las preocupaciones seculares en detrimento de los valores espirituales, lo que puede hacer que la Iglesia pierda su relevancia y misión.
- Crisis de Fe: La apostaría puede contribuir a una crisis de fe en la sociedad, donde las personas se sienten perdidas o desconectadas de su espiritualidad.
Es importante que las comunidades de fe aborden estos peligros a través de la educación, el diálogo y el fortalecimiento de la fe para mantener la unidad y el propósito en la Iglesia contemporánea.
