Amigos:
Es un esfuerzo inútil querer aprisionar en el corazón pequeño nuestro, un corazón tan grande como el corazón de Dios.
Dios es tan grande que no cabe dentro de nadie. Pero no desesperemos. Lo más importante no es que Dios quepa dentro de nosotros. Lo grande y novedoso, lo más novedoso del mensaje cristiano, es que nosotros cabemos en el corazón de Dios. Dios ha preparado y reservado desde siempre un sitio para ti….y para mí…Para cada uno en su corazón de Padre. Todos tenemos un sitio en el corazón de Dios!
A pesar de ser pequeño nuestro corazón;a pesar de empequeñecerse aún más por nuestros egoismos y miserias, podemos ir al corazón de Dios y entrar en él. Dios nos conoce. Dios sabe que es propio de ël tener un corazón de carne y es muy común de noosotros tener un corazón de piedra.
Dios nos ama y quiere hacernos «semejante a él», como tantas veces hemos leído en el relato de la creación. Y hoy su palabra nos asegura. «Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo;les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne».
Este anuncio del triunfo de la bondad de Dios sobre nuestros olvidos y rechazos alimenta nuestra esperanza en Adviento. Para esto viene Jesús, para esto preparamos su venida: para zambullirnos en el corazón de Dios y decirle Sí, Señor! Quítame de una vez este corazón de piedra y dame un corazón de carne como el tuyo».
