La capacidad de crecer más allá de lo que hoy somos se logra rebelándonos contra la dulce monotonía sin amenazas instalada en nuestras vidas y arriesgándonos en lucha sin cuartel por lo que queremos. ¿Quién osa quejarse de lo que no tiene, si nunca estuvo dispuesto a exponerse en forma alguna para alcanzarlo?
¿Riesgos? ¿Para qué? Cualquiera capaz de asumir un riesgo será tomado hoy en día por iluso, incapaz de asumir aún la mecánica real de la vida.
Lo razonable es la seguridad y la estabilidad absolutas. No colocarse en disposición de perder jamás el pie, y con ello el equilibrio. Hoy lo que se estila es la gente que entiende que… Hacer algo por alguien es arriesgarse a involucrarse. Expresar sentimientos es arriesgarse a mostrar nuestro verdadero yo. Exponer nuestras ideas y nuestros sueños es arriesgarse a perderlos. Reír, arriesgarse a parecer tonto. Llorar, arriesgarse a pasar por sentimental. Amar, arriesgarse a no ser correspondido. Esperar, arriesgarse a desesperar. Atreverse y lanzarse, arriesgarse a fallar. En definitiva, vivir es arriesgarse a morir. #yoaquipensando