CUARESMA ES: PERDÓN

La Cuaresma es el TIEMPO DE PERDÓN y de la RECONCILIACIÓN FRATERNA. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.

El perdón de Dios no falla nunca. A lo largo de su vida e incluso sobre la cruz, Cristo rechazó condenar. 

Saber que hemos sido PERDONADOS Y PERDONAR también nosotros es una de nuestras mayores alegrías como cristianos. En ello está la fuente de la paz interior que el Señor nos quiere comunicar. Intentemos perdonar… hasta setenta veces siete.

Trabajemos nuestra capacidad de perdonar día a día: abiertos a los que nos rodean, ejercitando la hospitalidad, absteniéndonos de juicios y prejuicios sobre los demás, forjando un corazón grande y generoso…

Cristo nos invita a CAMBIAR DE VIDA. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo.

Cuando recibimos el perdón de alguien vivimos una EXPERIENCIA DE LIBERACIÓN Y DE PAZ INTERIOR. Y es que el perdón sana tanto a quien lo da como a quien lo recibe. El perdón genera comunión. Es necesario para nuestra vida ser perdonados por el amor de Dios.

Todos nosotros tenemos tanta necesidad del perdón como del pan cotidiano. Y tenemos una gracia, que Dios lo da siempre gratuitamente.

Perdonar es un signo lleno de amor. No podemos estar en paz con los demás si no comenzamos por reconciliarnos con nosotros mismos. Como cristianos podemos hacerlo aceptando que Cristo nos perdonó primero.
Perdonar no es tan fácil como parece: es también UN COMPROMISO Y UNA RESPONSABILIDAD.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.