De la paciencia con los demás

Ser paciente es muestra de mucha inteligencia; ser impaciente es muestra de gran estupidez.

—Proverbios 14:29

Es imposible dar lo que no tenemos. Por ejemplo, si no nos amamos nosotros, se nos hará muy difícil amor a los demás; si no tenemos paciencia con nosotros mismos, tampoco la tendremos con nuestros prójimos. La paciencia como virtud es un preciado regalo que Dios nos da. Por lo tanto, la paciencia es el pincel que Dios usa para crear sus obras maestras. La paciencia es esencial para establecer buenas relaciones con las otras personas, siendo tolerantes ante las diferencias que tengamos, aceptándolos y amándolos tal y como son, sin empeñarnos en cambiarlos y respetando la dignidad de cada ser humano. El apóstol San Pablo en su Carta a los Efesios y a los Colosenses, nos exhorta en repetidas ocasiones como cristianos a demostrar paciencia los unos con los otros, a vivir con toda humildad, mansedumbre, paciencia, compasión, bondad, a soportándonos unos a otros en amor y esforzándonos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculovínculo de la Paz, ya que todas estas virtudes sirven para vivir en unidad y armonía y para identificarnos como hijos e hijas de Dios.

Y tú, ¿eres paciente con los demás en la medida que te gustaría que ellos fueran pacientes contigo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.