UNA ORACIÓN

Dónde está tu luz. Dame, Señor, tu mano guiadora.

Dime dónde la luz del sol se esconde. Dónde la vida verdadera. Dónde la verdadera muerte redentora. Que estoy ciego, Señor, que quiero ahora saber.

Anda Señor, anda, responde de una vez para siempre. Dime dónde se halla tu luz que dicen cegadora.

Dame, Señor, tu mano. Dame el viento que arrastra a Ti a los hombres desvalidos. O dime dónde está, para buscarlo.

Que estoy ciego, Señor. Que ya no siento la luz sobre mis ojos ateridos y ya no tengo Dios para adorarlo.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN

Jesús nos invita a una vida consciente y plena ¿Qué ando buscando? ¿Cuáles son mis propósitos?

El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios” ¿Cómo vivo esta realidad en lo más concreto de mi día a día?

Una nueva aurora florece porque le arrancamos las cadenas al día. Porque siempre hay luz, si tenemos el coraje para ver, si tenemos el coraje para ser.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.