El temor te puede impedir tantas cosas, incluso cosas que son buenas para tí. Sumergirse bajo el agua requiere dejar el temor de lado, incluso superando el temor irracional, de modo de poder disfrutar de la agradable sensación de frescura y flotabilidad. No es extraño que la imagen del agua se utilice a menudo en las jornadas espirituales. Incluso el Bautismo, el primero de los sacramentos, tiene al agua como símbolo. Este símbolo espiritual nos habla de abandonar las viejas costumbres, y adoptar una nueva y refrescante forma de vivir en este mundo.