La distancia justa

En un día del frío invierno un grupo de erizos intentó darse calor. Fue imposible por sus púas afiladas pero el frío les obligaba una y otra vez a juntarse y a separarse, hasta que después de muchos intentos encontraron la distancia justa: ni demasiado lejos, para así poder darse calor, ni demasiado cerca, para no hacerse daño.
En la vida y en el trato con las personas, lo importante es saber encontrar la distancia justa.

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