Sin palabras

A todos se nos presenta la vida compleja y desafiante. Los problemas cotidianos suelen llevarnos gran parte de nuestro tiempo y energía. Ni hablar si las preguntas por el sentido, las problemáticas sociales o la vida de nuestros seres queridos ocupa un lugar importante en nuestro corazón. Y en medio de tanta cosa, suele sucedernos que estando tan ocupados nos sintamos cansados y nos olvidemos de levantar la mirada. Y qué lindo resulta, cuando en éstas circunstancias, alguien en quién confiás te dice que «todo terminará bien». Quizás tus circunstancias no son las mejores, ni si quiera las que elegiste, pero la vida te trajo ahí donde estás. Y ahí mismo, Dios camina contigo.Te soñó, te pensó y cuida de ti como si fueras su único hijo.

Dios no le dió cuerda al mundo y se desentendió de todo. Sigue creando y recreando en cada momento. Aún estando con Él, el dolor y el esfuerzo van a estar.Pero a eso mismo que todos vivimos y que forma parte de la vida de cualquier mortal, Él viene a hacérnoslo vivir de un modo diferente, apasionado y desde adentro: «Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10).

En medio de las circunstancias en que te encuentres, de mayor o menor tensión interior, y en el momento del día en que leas esta publicación, te invito a que te tomes dos minutos para escuchar esta canción. Relajate desde adentro y dejate decir que «todo terminará bien» porque nada se escapa de sus manos y de su mirada de amor.

Agradecida por tantas muestras de cariño recibidas creo que el Señor me ha puesto dos motores turbos para continuar amando, cantando, escribiendo, bailando tocando y disfrutando de lo simple y hermoso que es vivir de la mano con la verdad.

Sin palabras

G

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