“Vengan, subamos al monte del Señor . . . para que él nos instruya en sus caminos y podamos marchar por sus sendas”.
ISAÍAS 2.1-5
Reflexión: Nuestros mejores maestros siguen teniendo un lugar en nuestros corazones. Los admiramos por su sabiduría y su bondad, por su honor y su fuerza. Qué apropiado es ese “admirar” por aquellos a quienes deseamos imitar: un profesor estricto que descubrimos mostrando compasión por un estudiante que lucha, un mentor exigente que saca de nosotros dones que no sabíamos que teníamos, o un padre cuya disciplina es sabia y previsora. A su manera, el profeta Isaías invita al pueblo de Dios a admirar al mejor instructor de todos. Subirán las colinas de Jerusalén hasta la casa de Dios, el templo. La instrucción que reciben los pondrá en forma para caminar en los caminos de Dios. También se nos pide a nosotros que nos pongamos en forma, que abramos nuestros oídos y nuestros corazones, y que nos pongamos los zapatos en sentido figurado para que estemos listos para caminar en el camino de Dios. El pasaje de hoy de Isaías nos da una clave para la instrucción de Dios. Hablando en nombre de Dios, Isaías describe un mundo en el que ya no se necesitarán espadas y las naciones ya no se entrenarán para la guerra. El Concilio Vaticano II toma este llamado, diciendo:“Las personas de la generación actual deben darse cuenta de que tendrán que rendir cuentas de su comportamiento belicoso”. Aunque esto pueda sonar ingenuo, es sin embargo la visión que nos espera al aprender a caminar por el camino que Dios nos traza. Meditación: ¿Cuán ardientemente esperamos ser instruidos en los caminos de Dios? ¿Creamos oportunidades a través del estudio de la Biblia y la oración? ¿A través de la amistad con otros que también aman a Dios? ¿A través de una lectura espiritual que sea edificante y desafiante? Considera en este día como tal instrucción ha informado tu vida, no sólo como niño sino como adulto, con preocupaciones y responsabilidades de adulto. En este día de Adviento, ¿ascenderás la montaña de Dios en tu propio corazón y encontrarás a Dios listo para hablar contigo? ¿Estarás listo para escuchar, aunque las palabras de Dios sean difíciles de digerir? Oración: Equípanos, oh, Dios, con mentes y corazones listos para imaginar un mundo donde las rejas del arado sean más necesarias que las armas, y la comida más abundante que las espadas. Fortalece nuestra resolución de aprender tus caminos y reconocer tu sendero. Danos la gracia de mantener el rumbo.