Hablar hoy de diferencias sexuales en nuestra especie puede llegar a ser “políticamente incorrecto; pero negarla en los ámbitos de la genética, anatomía , fisiología, estructura cerebral, entre otros es simplemente ignorancia. Las evidencias científicas son irrefutables en su conjunto aunque algunos aspectos concretos se pueden discutir.

La sexualidad es un fenómeno universal correlativo con casi todas las formas de vida.

Pensar que en la especie humana las diferencias sexuales son debidas solamente a condicionamientos sociales y culturales es un absurdo.

Naturalmente, el fenómeno sexual es modulable a través de la conducta y las prácticas sociales, pero no hasta el punto de poder pretender la supresión de las diferencias aludidas.Otra cosa es que estas diferencias sean aprovechadas para que un sexo domine al otro. Esto sí que es un producto social educable. En el sexo, como en ninguna otra dimensión, la carne pronuncia palabras distintas, no opuestas sino felizmente complementarias.

La complementariedad adecuada la debe decidir y elaborar cada uno, cada grupo y cada cultura.

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