Muchas veces nuestra habilidad de ser responsables, nos hace responder ante la adversidad de manera impulsiva. Es entonces donde debemos recordar, que antes de actuar debemos contar primero con Dios; con su consejo sabio, su guía. Recurrir a Dios pidiendo su auxilio para comprender que de las carreras solo queda el cansancio . Poner en acción la fe, y creer sin ver los signos, es un reto que debemos tener siempre presente. Recordar que “la fe es la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos”.