Jesús, Tú nos has dicho: «Si alguno quiere venir en pos de mí…», pero, yo no he abandonado nunca nada; siempre he querido todo para mí. Cuando me refiero a la familia, digo: Esta es mi familia. Cuando compro cosas, digo: Esto es mío. Cuando realizo algo interesante, firmo con mi nombre. Cuando perdono, en el fondo exijo que me digan «gracias».
Cuando acudo a la Eucaristía, siempre te digo lo que yo hago. ¡Qué lejos estoy de tu espíritu de servicio y entrega! Jesús, lléname de tu espíritu. Amén.
La Cuaresma avanza. El Bautismo y la renovación de las promesas bautismales están más próximos. Es un buen momento para hacer balance del trabajo cuaresmal.