«¿Qué quieres que te haga?»

«¡Señor, que vea!».

La fe es un regalo de Dios y, por tanto, debemos agradecérsela y, a la vez, hay que pedirle que nos la aumente. La fe es absolutamente necesaria para la salvación. Es preciso que reviva en estos tiempos en que la sociedad se descristianiza. Lo haremos si vivimos bien nuestra fe con todas sus consecuencias; y una de estas es dar testimonio de vida cristiana.

La ceguera tiene un importante significado. Representa al hombre que tiene necesidad de la luz de Dios, la luz de la fe, para conocer verdaderamente la realidad y recorrer el camino de la vida. Es esencial reconocerse ciegos, necesitados de esta luz, de lo contrario se es ciego para siempre.

Por las razones que sean, Dios quiere que nombremos nuestros deseos y luego pidamos lo que queremos. Jesús nunca nos impone su voluntad, pero nos invita a decir claramente lo que queremos. Puede que no lo consigamos, porque Dios sabe lo que es mejor. Aún así, todos y cada uno de los días, estamos invitados a detenernos y pensar qué gracias o dones necesitaremos hoy. ¿Será valor para soportar el sufrimiento físico? ¿O la paciencia para soportar una prueba mental? Es posible que necesitemos generosidad para superar miles de solicitudes de nuestro tiempo. A medida que finaliza el año litúrgico, ¿qué gracias necesitaremos para fines de 2022? Por el momento, identifiquemos y solicitemos las gracias que necesitamos hoy.

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