Una Plegaria

Todo tiene un precio.
Todo se paga. Todo es interesado.
¿Hay en este mundo un espacio
para la gratuidad?
¿Hay quien ame
sin esperar algo a cambio?
¿Hay quien sirva sin buscar aplauso,
reconocimiento, admiración?
¿Hay quien piense antes
en los otros que en sí mismo?
A veces no lo sé.
A veces dudo. A veces.

Pero el amor, tu amor, es así:
Libre, sin cadenas, sin exigencias
Servicial, sin contraprestaciones, sin reclamaciones.
Atento sólo al evangelio de los pequeños, de los débiles.
El amor, tu amor, es primero.
No piensa antes en lo que ha recibido.
No reivindica títulos ni posesiones.
No busca ante todo su propio bienestar.

Es un amor que habla de “tú”,
de “vosotros”,
de “ellos”,
y muy poco de “yo, “me”, “mi”, “conmigo”
y cuando piensa en “nosotros”
es abriéndose al mundo, a todos,
tendiendo manos y abrazos y miradas
para que todos tengan cabida.
Es difícil tu amor, ese amor bueno.
Es difícil tu amor, ese amor primero.
Es difícil tu amor, ese amor limpio.
Pero es pleno, y grande, y real.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.